Conscientes de la situación actual en que los jóvenes están rodeados por las fuerzas del materialismo que los empujan hacia el consumismo, en la que es difícil desarrollar una verdadera identidad y encontrar un espacio donde explorar sus capacidades y talentos y divertirse de manera sana, la comunidad bahá’í, tras años de experiencia trabajando con jóvenes ha desarrollado un programa que está siendo muy efectivo a la hora de trabajar con esta población. Diversas comunidades bahá’ís e instituciones del ámbito del desarrollo socio económico están utilizando este programa por todo el mundo con resultados sorprendentes.
Este programa les ayudará a reflexionar acerca de cómo es la sociedad que les rodea, qué fuerzas operan en ella y qué contribuciones pueden hacer. Aumentará su poder de expresión y su capacidad para tomar decisiones conscientes.
Además, tendrán arte, deporte, juegos cooperativos, campamentos ecológicos, proyectos de servicio, etc.
Las reuniones de prejóvenes -jovencitos entre los 11 y 14 años- desarrollan capacidades espirituales e intelectuales. Las reuniones combinan aprendizaje con servicio, enseñando a los prejóvenes a poner los principios espirituales en práctica en sus vidas. El programa ayuda a mejorar su percepción espiritual y a tomar buenas decisiones morales.
Los jóvenes a esta edad están en una parte importante de sus vidas, dónde tomarán las decisiones y formarán los hábitos que tendrán la mayor influencia en su carácter a medida que crezcan. Las reuniones para prejóvenes les ayudan a entender cómo pueden desarrollar un carácter sano a través de la percepción espiritual y una conducta recta. La filosofía detrás de las reuniones supone que los jóvenes a esta edad tienen un gran potencial, y que incluso a una temprana edad pueden hacer una valiosa contribución al mejoramiento del mundo. Las reuniones para prejóvenes les ayudan a aprovechar este potencial.
Las reuniones también ayudan a los prejóvenes a desarrollar el poder de la expresión a través de las artes. Las reuniones podrían incluir canto, drama, manualidades y otras formas de arte que les ayudan a comprender principios espirituales. Las reuniones están diseñadas para ser atractivas para los jóvenes mientras inculcan en ellos valores positivos.